Pega, calumnia, ataca, pero gana.
La temporada de elecciones está ya encima, los partidos
políticos recopilan todos sus recursos humanos y financieros a disposición del
candidato de turno. El elegido, el ungido es constantemente instado a evitar
ciertos temas, a recalcar otros, tener la habilidad de esquivar baches dialécticos y mantener el
control. Los ordenadores de las sedes regionales y nacionales sacan humo, la
información sobre los contrincantes, verdadera y falsa, fluye como fuertes
cascadas en las impresoras y la red.
Los mítines, esos bonitos baños de pueblo que se dan los
candidatos son la ocasión clave para volcar sobre las desordenadas e ignorantes
mentes de los militantes, todo ese tumulto de promesas, mentiras, ataques,
descalificaciones y revelaciones sobre lo que los rivales son y no son en
detrimento de la sociedad a la que pretenden gobernar. Sí, también hay
propuestas, también hay un espacio para el discurso inspirador, para ilusionar
a los ciudadanos y atraer lo único que a los partidos importa: el voto.
¿Por qué votar a Menganito es lo más inteligente, prudente y
positivo que pueden hacer los andaluces, catalanes, madrileños, vascos,
gallegos, etc.? Si se piensa por un minuto, nadie podría responder a esa
pregunta, y menos en estos tiempos.
Buena parte de las campañas electorales se resume en el
ataque indiscriminado y autoindulgente de los candidatos, unos contra otros, al
que consideran su verdadero contrincante, se le lanza todo tipo de acusaciones
cuya veracidad saben que la audiencia no se tomará la molestia de comprobar. Como
reza aquel proverbio popular: tu miente, que algo queda. El aludido no
interpondrá una demanda por calumnias y daños al honor, no antes de pregonar su
indignación en todos los medios de comunicación posibles. También huelga decir
que en raras ocasiones, el que acusa aporta pruebas reales y objetivas de lo
que está diciendo, pero en ese mundillo de la política mediatizada, poco
importa.
El impacto que tiene una arenga beligerante, intensa y
recriminadora, como el de Juan Carlos Monedero de Podemos, que sermonea más que
discurre, es mucho mayor al que puede causar un discurso que enuncia un
proyecto de trabajo si el aspirante se ve favorecido con el voto. Sí, también es cierto que pocas propuestas se
han oído en las últimas semanas y como se diría por ahí, lo que ha predominado
han sido los gritos y sombrerazos.
También es cierto que estando el ambiente social como está,
esas proclamas incendiarias, los pregones beligerantes, es casi natural que atraigan
mucho más que una campaña de propuestas e ideas claras con un proyecto bien
definido y realista acorde a las características de la población. La gente se
agarra a lo que sea que suene igual o parecido a su malestar. Es evidente, por
otra parte, que el PP y el PSOE han malgastado ese recurso de los señalamientos,
porque la sociedad española ya está muy
enojada e incrédula. El “tú más” tiene cansada a la generalidad de la
población, al menos cuando esas acusaciones las hacen cualquiera de estos dos
partidos, porque curiosamente, no reciben el mismo tratamiento si las hacen los
miembros de PODEMOS.
Se entiende perfectamente la desconfianza y el enojo contra
el bipartidismo, ya que, tanto el PP como el PSOE han reunido por su cuenta, un
alto número de casos abiertos por corrupción.
La sociedad española – en general, aunque no totalmente – dice estar
asqueada y harta de la corrupción, que es según algunos sondeos, lo que más
preocupa a los ciudadanos. Sin embargo, en medio de la violenta y vertiginosa
carrera por el poder, el nuevo partido ha ido cayendo, inexplicablemente,
tomando en cuenta el perfil de sus dirigentes, en baches que han aboyado el
fuselaje impoluto de Podemos. Si a eso
añadimos que los eternamente señalados de Podemos no han podido resistirse al
lamentable papel del quejoso paranoide que se alude como centro de toda
persecución como si no supieran que tal bombardeo forma parte de las
actividades recurrentes de la guerra por el poder. Que no lo sepas tú que me
lees o no lo sepa yo que no tengo los estudios que ostentan Pablo Iglesias y
sus compañeros en la dirección de la organización, se entiende, ¿ pero ellos
que son doctores en ciencias políticas? Si Podemos hubiese empleado en responder
a los ataques, en perfilar y construir un proyecto ambicioso y viable para
gobernar, pero evidentemente, para Monedero es más rentable ser la víctima indefensa
del PP y el PSOE que ser proactivo y congruente con lo que les dio 5 puestos en
el euro parlamento.
Sinceramente, me cuesta mucho trabajo entender y aceptar que
los miembros del partido del círculo blanco sean ingenuos y no vieran venir los
ataques fundados o no, por parte de sus rivales políticos. Lo que me sorprendió
y no para bien, es que la maquinaria del bipartidismo pudiese encontrar
resquicios en la muy parloteada honorabilidad de la cúpula de Podemos. Sin
embargo, y con lo estridente del reproche popular a los partidos mayoritarios
por las numerosas imputaciones por corrupción, los seguidores de Podemos no ven
en su partido los tiznes en el sencillo ropaje de iglesias y sus colegas y la
vehemencia con la que defienden a sus líderes, será de extrañar si no se lían
feo las cosas en los mítines en los que el tono más alto lo dan los insultos y
las calumnias de unos contra otros.
En otra entrada comentaré las mentadas encuestas.
Gracias por venir y si quieres, coméntame lo que te parece
todo esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario