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14 de marzo de 2015

Encuestitis Aguditis


Cada encuestadora barre para su casa

Nos tienen invadidos, saturados y enajenados con “datos” del último CIS. Todos, absolutamente todos los programas de TV y los diarios de circulación nacional de todas las tendencias e ideologías, atiborran a la audiencia y los lectores con gráficas y encuestas que aplican a un número NADA representantivo de la población. Para más, esperan que nos creamos que los datos resultantes dan alguna luz a lo que se nos viene en los próximos meses.
Por poner un par de ejemplos.
Para escribir esta entrada me puse a buscar en los diarios y empresas tipo Metroscopia o los sondeos de opinión que realizan diarios como La Razón, ABC, EL MUNDO, LA VANGUARDIA, EL PAÍS, EL DIARIO, LIBERTAD DIGITAL, CIS, etc, y me encontré con qué el número de personas encuestadas no rebasa los 1500. Algo similar sucedió y sigue sucediendo con el tema del movimiento catalán, la mayoría silenciosa y los cuatro gatos que están molestando con sus arengas soberanistas para romper España porque así son los catalanes, egoístas y soberbios… bueno, eso es otro tema, pero citaba el caso del soberanismo catalán porque según qué diario publique la encuesta o sondeo, tendremos resultados que son harto diferentes en comparación con la encuesta de “la competencia”.
Habrá quienes me digan que es “normal” que los diarios de derechas presenten como preferido a quien personifica los intereses de la derecha, como sucede con la Razón, ABC y el Mundo, mientras que el resto dividen sus simpatías entre los partidos “viejos” y recientes para arrimarles el hombro con encuestas totalmente sesgadas que elevan el ánimo de quienes llevan el estandarte de la izquierda. Sinceramente, encuentro anormal que alguien vea como algo rutinario estar jugando con la consciencia de los ciudadanos. Pero qué le vamos a hacer, ¿no es verdad? No soy la persona encargada de poner ni quitar los reflectores sobre las estrellas del show político. Tampoco veo correcto ni saludable que la población entre en el juego tan fácil y mansamente.
Aparte de la saturación mediática también está la basura electoral, esa que nos cuelan en el buzón junto a las cartas del banco recordándonos que somos sus esclavos, igualmente los políticos nos recuerdan lo idiotas y conformistas que somos mintiéndonos en nuestra cara. Nos mandan cartitas, misivas muy educadas en las que nos presentan sus listas para el Congreso, los candidatos titulares para la elección que vaya a celebrarse en primerísimo lugar y con letra “bold”.
Hace un par de meses fui a casa de mi madre y me encontré una papeleta del partido que gobernaba en el período anterior, pero el candidato era el que había participado en las elecciones del 94…me resultó tan raro encontrar aquello que lo revisé cuidadosamente por si tenía algún dato relevante, alguna nota, algo que justificara que guardara el papel, sobre todo considerando que mi madre no soporta a los de ese partido. La cuestión es que así como yo me encontré propaganda impresa de un partido, así mismo se puede decir que toda la publicidad que reparten las plataformas políticas se convierte inexorablemente en un problema de limpia pública. Carteles, pendones, folletos, papeletas, etc, se acumulan en las calles y contenedores de papel – cuando la gente es limpia y consciente, que si no, ahí se ponen amarillos y los van pateando personas y animales por todos lados. Y es que si al menos sirviera para envolver pescado, pero NO!
Los medios de comunicación llenan sus páginas con coloridos gráficos de todos los formatos en los que intentan llevar nuestra consciencia hacia uno u otro lado, luego, en la radio o la tv, afirman sin pudor alguno que sus favoritos también lo son de la mayoría de la población. Pero como dije, lo peor no es que intenten y quieran vernos la cara de idiotas, es que lo consiguen. ¿Quién con dos dedos de frente puede creer que para las elecciones generales el PP conservaría no solo la presidencia, sino que también, a decir de Metroscopia, conservarían la mayoría? aunque claro, un pelín desgarrada por el mosqueo popular.
Los sondeos de opinión no son oráculos del futuro, no predicen ni representan un sentir generalizado, menos en estos casos que se aplican a una muestra ridículamente pequeña.
Vamos a ver, españoles, las encuestas son herramientas sociológicas y mercadológicas que tienen un propósito claro y muchos ocultos. No os prestéis a la burla y la manipulación… hey! Que no estoy llamando tontos a los electores, de ninguna manera, pero creo que sí hay una tendencia constante a dejarse llevar por el mensaje que llevan las múltiples encuestas publicadas. Todo el sector empresarial procura defender y proteger sus intereses a toda costa, y la forma más sutil y efectiva que han encontrado son los sondeos y tendencias del electorado hacia su propia conveniencia.
Así, analizad cuidadosamente a todos y cada uno de los aspirantes a administrar los bienes y recursos de cada región y de la nación. Investigad sobre programas, fijaros en el tono de los discursos, los contenidos, determinad si ofrecen propuestas o si únicamente están puestos a buscarle los males al contrario, etc.
Es sumamente importante que la población tenga presente que un voto no es la única ni la principal forma de participación democrática, así mismo, es esencial que se tenga asumido que la elección que se hace en lo que toca a un grupo político no solo afecta a un sector determinado y mucho menos a un individuo, nos afecta a todos. Lo que pido, sin lugar a dudas, es que la sociedad andaluza, madrileña, vasca, gallega, catalana, etc, sea responsable, congruente y políticamente culta para no ser una masa maleable e influenciable a la que se le puede prometer lo que sea sin que haya la obligatoriedad de cumplir con los compromisos que se formulan en las campañas electorales. Reflexionad y respetad vuestro voto, hacedlo de verdad, os sorprenderíais muchísimo si muchos de vosotros empezáis a usar el cerebro y no el hígado para tomar una decisión.
Cuando se habla de “castigar” al partido que lo ha hecho mal y se cambia la preferencia electoral por otro al que se desconoce casi del todo (por aquello de que cualquier cambio es bueno), os fastidiáis vosotros mismos y de paso,  perjudicáis al resto de la población.
Ahora sí, ¡Felices campañas políticas!





P.D Aunque todos los datos y encuestas están manipulados de origen, la información que arrojan es real. Por ejemplo, El País es afín al PSOE, podría decirse que es "oficialista socialista", el sondeo que lleve a cabo contendrá preguntas cuyas respuestas, diga lo que diga el encuestado, favorezcan al PSOE, y de esta forma no hay necesidad alguna de maquillar resultados ni adulterar los datos, del mismo modo lo hace La Razón con el PP. Lo que queda manifiesto es que aun intuyéndolo, la población encargada de elegir representantes, no le pone pegas a las encuestas y menos aún cuando dan como ganador al partido que prefiere. C'est la vie... hay cosas que solo la población en conjunto pueden cambiar, pero es un error lamentable dejarle esa tarea a los partidos políticos... ¿qué entendéis por "representante"?

10 de marzo de 2015

Corrupción en España, ¿brote infeccioso o enfermedad crónica?

Una tras otra, o tal vez sería más correcto decir, un nuevo escándalo de corrupción sobre otro. 


Mientras el gobierno central a través del Ejecutivo, de los ministros de Economía, Trabajo, Hacienda y Desarrollo insisten en el mensaje de recuperación, los medios de comunicación no dan tregua a la opinión pública llenando planas y espacios audiovisuales con algún nuevo dato sobre los casos de corrupción ya abiertos (más de 500 casos de corrupción en distintos puntos del territorio español) o suman un caso nuevo, como el pasado viernes, al darse a conocer, mediante comunicado del fundador de Convergencia democrática de Catalunya, la  confesión de Oriol Pujol y Soley, quien reconoció haber mantenido una cuenta en el extranjero oculta a la Hacienda Española, las autoridades, su partido (eso dijo él), e incluso, a su propia hermana.
No se había secado aún la tinta en los diarios que publican el comunicado del ex honorable Jordi Pujol, cuando algunos rotativos lanzan, aunque no en primera plana y tampoco con el sensacionalismo del asunto catalán, el caso o casos que permanecen abiertos y que penden sobre el Presidente de las Corts Valencianes. Cualquiera diría que el periodismo español jamás había tenido trabajo “de más”.
Por su parte, la sociedad española se lleva las manos a la cabeza y expresa su creciente indignación y mayor sorpresa – si cabe- se escandalizan  por la forma en que se ha extendido la corrupción a lo largo y ancho del territorio nacional. Un caso parece más inmoral y ofensivo que el anterior, el desencanto, la confusión y la desesperanza parecen cubrir el ánimo de los españoles y cierto es que no se ve mejora en el horizonte socio-político de España. No son especulaciones, lamentablemente los datos y cifras desvanecen toda sombra de esperanza.
El año pasado, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cifró en 1.661 las causas abiertas en los diferentes órganos judiciales españoles por delitos relacionados con la corrupción. Éstas afectan a infracciones como la prevaricación, revelación de secretos, cohecho, tráfico de influencias, malversaciones, negociaciones prohibidas a funcionarios, blanqueo de capitales, apropiación indebida, fraude, estafa, falsedad documental y delitos contra el patrimonio histórico y contra el medio ambiente.
   Pese a este abultado número de procesos, la cifra de personas que actualmente están en prisión cumpliendo condena es muy reducida, sobre todo,  debido a la dilatación de los procesos judiciales, que en muchos casos son muy amplios y su investigación abarca un amplio espacio de tiempo.
  Lo anterior no hace más que reforzar la sensación colectiva de desamparo judicial que tienen los españoles. No es que crean que están indefensos ante el mal uso del poder político y económico, es que legal y jurídicamente lo están. El código penal español no sirve para disuadir a los políticos de desviarse de su misión en el puesto que ocupe y al menos para mí, eso es sinónimo de impunidad.
El papel de la población en una democracia no se limita a la emisión de un voto que exprese la voluntad de las mayorías, la ciudadanía ha de organizarse para crear el país que desea o tendrá que contentarse con el que merece bajando la cabeza ante la arbitrariedad de sus gobernantes. España decide y huelga decir que la clase política ha perdido la legitimidad de la representación de los ciudadanos.

8 de marzo de 2015

A todos nos ha pasado por la cabeza matar a un político capt 3

¡Todo pasó tan rápido!

Sin que Elsa lo supiera (y aunque lo hubiese sabido, no lo habría entendido) en el mismo edificio y con el mismo propósito que ella, había dos personas más. Uno de ellos tenía conocimiento de la presencia de los otros dos, el tercero no sabía que uno de los tiradores había invitado a una persona aparte de ellos. En resumen, la única que no tenía ni puñetera idea de lo que pasaba a pocos metros de su posición en el 5º C, era Elsa. Dado que ella no era ni propietaria ni había estado en ese lugar antes de la madrugada anterior, nada le resultaba ni diferente ni extraño.
El 2º tirador, ubicado en el ático, había dispuesto unas cámaras escondidas en la ventilación del salón de cada piso con vistas a la calle 101 y controlaba desde su móvil, los movimientos de sus compañeros de misión. Hasta él llegaba el olor perfumado de Elsa, loción para hombres, imitación de un perfume de marca. El maquillaje y la peluca no estaban mal, pero Elsa no había logrado engañar a un experto, de hecho, en opinión del Tirador 2, no engañaría a un novato, pero a un civil, incluso a un político y a la policía tal vez.
El bullicio en la calle era una mezcla de bocinas de autos, música en potentes altavoces con el tema institucional del partido. Horroroso, por cierto. ¿Alguien se los habrá dicho? La gente se reunía en torno a una tarima en forma de media luna con un tablón vertical decorado con pendones y el nombre del candidato y un lema de con todos los números para una campaña perdedora. Desde su taburete, Elsa tenía una cobertura visual amplia, al igual que los otros dos que también esperaban el momento justo para completar “el plan” que parecía ser el mismo o muy similar para los tres.
El volumen del ruido de la calle era cada vez peor. Elsa escuchó un ruido en el rellano un par de pisos abajo, se quedó muy quieta, con el corazón saliéndose por sus oídos, incluso pensó que cualquiera podría escuchar sus latidos. El sonido se alejaba a momentos y de pronto, escuchó la puerta del edificio a calle.
El tirador 2 también escuchó y miró hacia abajo. Uno de sus clientes salía del edificio reprimiendo el impulso de correr. No llevaba nada en las manos, tenía la camisa empapada de sudor, caminaba entre la gente apretando las piernas, como si estuviese aguantando las ganas de cagar. Dejó su arma en el suelo del terrado con mucho cuidado, así mismo caminó hacia dentro del edificio y aguardó a escuchar si el tirador 1 claudicaba también. En ese momento, tuvo que volver a su puesto, pues los gritos de reivindicaciones y consignas  de los asistentes al mitin se alzaban por encima de la voz del funcionario de PCR. Sobre la cabeza del presidente había suspendida de unos hilos de nylon, una gigantesca cigüeña blanca de cartón perfilada con las alas extendidas  y la cabeza con el largo pico señalando al cielo.
Elsa vio a ese hombre salir del edificio y aunque aquello le ponía nerviosa, el bullicio de los manifestantes, los pitidos, la música, los cánticos aupando al presidente y dos de sus ministros le devolvieron a su plan. En un instante solo fue capaz de escuchar la música y algunos gritos histéricos. Vio caer al ministro de trabajo y al vicepresidente de gobierno. La imagen de un hombre muy alto cubriendo el cuerpo agazapado del jefe del gobierno. Sentía que su corazón se había detenido y había dejado de latir, pero respiraba casi normalmente. Guardó el arma en su estuche, se guardó los guantes en el bolsillo del pantalón, se puso la chaqueta y con el maletín en mano, salió del piso y comenzó a bajar las escaleras resistiéndose a apresurar el paso.
Cuando salió del edificio ya había repasado al menos cinco veces el recorrido que haría hasta la casa de sus padres donde vivía su hermano. La gente seguía corriendo y moviéndose erráticamente para ponerse a cubierto y evitar ser alcanzado por una bala. La policía ya se había dispersado para evitar que alguien se acercara a la plataforma en la que paramédicos que a saber de donde habían salido igual que la ambulancia, intentaban subir a los dos hombres heridos en las camillas. Elsa no se detuvo a mirar, aceleró el paso imitando a la muchedumbre que corría por doquier. Cruzó la calle y se dirigió al subterráneo.  Como lo suponía, el túnel del metro estaba atestado de policía. Para ese momento, el tirador 1 ya se había desecho, lo más discreta y rápidamente que pudo, del maletín. Dos policías le miraron directamente y se acercaron a ella, pero un tumulto en el pasillo hacia la línea uno, desvió sus pasos permitiéndole llegar al andén de la línea que le llevaría al punto donde haría que se perdiera el rastro del hombre extraño en el que se había convertido para la ejecución de la que se había designado como su misión de libertad.